El Camino Mozárabe es el que recorrían los mozárabes del sur peninsular en peregrinaje hacia Santiago de Compostela, y que se une a la Vía de la Plata en Mérida. Los mozárabes eran los cristianos que durante la Edad Media vivían en territorio bajo dominio musulmán, conservando a pesar de las dificultades buena parte de sus costumbres y cultura hispanas; por tanto, también ellos desde un principio hacían su propio Camino de Santiago siguiendo las antiguas vías hacia el noroeste. Desde hace unos años este milenario camino ha sido rescatado y puesto parcialmente en valor para que los modernos peregrinos puedan seguir los pasos de nuestros ancestros. La ruta principal del Camino Mozárabe es desde Granada (concretamente desde su catedral) hasta Mérida pasando por Córdoba. Tres ramas se unen a esta ruta principal: una rama une Almería con Granada, otra Jaén con Alcaudete (Jaén) y la tercera Málaga con Baena (Córdoba). De esta forma el Camino Mozárabe nos lleva por las tierras de Almería, Málaga, Granada, Jaén, Córdoba y Badajoz en un recorrido histórico, religioso y cultural de enorme interés y valor.
Jaén capital, como he dicho, es el inicio de una de las ramas del Camino Mozárabe. Esta rama tiene dos etapas: la primera es hasta Martos pasando por Torredelcampo y Jamilena; la segunda es desde Martos hasta Alcaudete, donde se une al camino principal que viene de Alcalá la Real y en origen de Granada.
En este artículo vamos a recorrer el Camino por el casco histórico de Jaén, que tiene bien señalizada la ruta, y de camino, valga la redundancia, vamos a hacer unos apuntes históricos y misteriosos de los lugares por donde pasaremos.
El inicio es en la plaza de Santa María, el lugar más emblemático de la ciudad, a los pies del templo más importante y sagrado, la Catedral de la Asunción de María. Su imponente fachada asombra por su majestuosidad, grandeza y belleza, dejando en segundo plano los otros dos edificios de interés de la plaza que le terminan de dar su carácter monumental, el Ayuntamiento y el Obispado.