La subdelegada pone en valor las políticas del Ministerio de Agricultura para hacer que el campo sea atractivo y favorecer el relevo generacional
La subdelegada del Gobierno de España en Jaén, Catalina Madueño, ha hecho hincapié en la necesidad de seguir desarrollando políticas públicas que continúen impulsando la incorporación de la mujer, como profesional del mundo agrario y rural, para combatir la despoblación y para conseguir que este colectivo no sea el que “asuma en sus carnes” las consecuencias de la crisis ocasionada por la Covid-19. Así lo ha defendido hoy en Bailén durante la inauguración de la Jornada “Diversidad de Emprendimiento para las Mujeres Rurales”, organizada por la Federación de Mujeres Rurales (FEMUR) y financiada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
La subdelegada ha destacado la importancia de este tipo de encuentros que contribuyen a poner en valor la actividad que desarrollan las mujeres cooperativistas, en un entorno rural, excesivamente masculinizado. Ha destacado la importancia de la elaboración de políticas que apuesten por estrategias de poblamiento activo del medio rural, y el desarrollo de territorios rurales inteligentes, dinámicos y poblados. Unos territorios, ha añadido, que sean atractivos para la población y generadores de actividad económica y empleo de calidad, especialmente para las mujeres rurales y, también, para los jóvenes.
Catalina Madueño ha señalado la importancia del sector primario en la provincia de Jaén, con más de 70.000 familias que tienen su principal fuente de ingresos en el campo: “El 90 por ciento de nuestra provincia es territorio rural, un paisaje en el que las mujeres juegan un papel imprescindible”. Y añadido: “No hay mejor arma para luchar contra aquello que llamamos la España vaciada que la determinación y el compromiso en femenino. Porque somos las depositarias de nuestra cultura y nuestra identidad, y transmitimos los conocimientos. Pero, también creamos, innovamos y aportamos como el que más. Gracias a esta labor de las mujeres del mundo rural, se puede fijar la población al territorio y nuestros pueblos están vivos, dinámicos, se han modernizado y tienen una enorme oportunidad de mirar hacia el futuro”.
La subdelegada ha resaltado que jornadas como la que se celebra en Bailén sirven para abordar la desigualdad de género y sus derivadas, como la conciliación laboral o el llamado “techo de cristal”. Nos sirven para adquirir conciencia de lo que somos, para reconocer nuestros derechos, nuestras fortalezas y los intereses que compartimos. Nos permiten articular mecanismos con el fin de incrementar y ganar influencia en los procesos de toma de decisiones y en los procesos participativos”, ha señalado.
En su intervención, Catalina Madueño ha resumido las medidas en las que está trabajando el Ministerio de Agricultura para promover el relevo generacional en la actividad agraria y consolidar un sector agroalimentario competitivo, rentable y sostenible. Entre ellas ha mencionado los trabajos que se están realizando desde el Ministerio, en colaboración con las comunidades autónomas y las organizaciones sectoriales, para determinar las necesidades a las que se enfrenta actualmente el sector agroalimentario español, y diseñar, de acuerdo con ellas, las futuras intervenciones a favor de los jóvenes y las mujeres rurales en el ámbito del futuro plan estratégico nacional de la PAC.
También ha citado la reciente aprobación por el Gobierno de España del Real Decreto Ley por el que se adoptan medidas urgentes en materia de agricultura y alimentación, donde se incluye una mejora del tratamiento fiscal de las ayudas a la primera instalación que conceden los Programas de Desarrollo Rural de las Comunidades Autónomas y que son cofinanciadas por el fondo europeo FEADER, la Administración General del Estado y las comunidades autónomas.
Igualmente, la subdelegada ha subrayado el “complicado momento” que padece el campo jiennense, con la crisis de rentabilidad de las explotaciones. En este sentido, ha puesto de manifiesto el compromiso del Gobierno de España con “medidas concretas” para que el olivar tradicional tenga futuro. Así, ha puesto el acento en la “hoja de ruta para el olivar”, una iniciativa que contiene diez medidas específicas encaminadas a aumentar la fortaleza estructural del sector e incrementar la promoción tanto en el mercado interior como en el exterior. Madueño ha afirmado que son iniciativas «dan respuesta» a muchas de las demandas planteadas por el sector, como la propuesta de una autorregulación voluntaria de la producción para las cooperativas, que suponen el 67 por ciento de la producción de aceite de oliva, para inmovilizar hasta el 10 por ciento de su producción cuando las disponibilidades para una campaña sean muy elevadas.
Del mismo modo, el Ministerio ha puesto sobre la mesa la articulación de medidas de reestructuración del olivar tradicional para reducir los costes de producción, así como, impulsar un programa específico de apoyo al sector del aceite de oliva, que esté dotado con fondos a través de la ayuda básica de la PAC, con capacidad para regular la oferta e incentivar la calidad y la promoción. Junto a ello, ha recordado que en los últimos meses el Gobierno ha sacado adelante normas como la prohibición de la venta a pérdidas a través de la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria; la inclusión de la referencia del precio de producción en los contratos entre agricultores, la industria y la distribución; la prohibición de las prácticas desleales para la producción de los agricultores, la mejora en la estructuración de la oferta para que esta pueda ser más potente y la reducción de 35 a 20 los jornales en el campo para poder acceder al subsidio agrario por desempleo y renta agraria.
Por otro lado, la subdelegada ha querido resaltar de forma especial en su intervención el «esfuerzo negociador» realizado por el Gobierno para mantener el presupuesto de la Política Agraria Común. Los fondos aproximados destinados a ayudas directas y desarrollo rural suman aproximadamente 47.682, una cifra equivalente a la que ha dispuesto España en el anterior periodo (unos 47.500 millones). “A partir de ahora, vamos a apostar por un reparto de la PAC justo, que evite el abandono de explotaciones donde la rentabilidad es menor, como ocurre con el olivar en pendiente, pero que son un pegamento para mantener a la población en nuestras sierras y en el mundo rural”, ha concluido.