Cientos de acompañantes a la imagen del Medinaceli y a la Virgen de los siete Cuchillos llenaron las calles de Bailén de fervor y pena y lágrimas. La imagen del capataz que se fue en plena Semana Santa estuvo presente en todos los recuerdos de ese día, en la preparación de los costaleros, en la salida en las gentes que esperaban al «Medinaceli» que tradicionalmente es acompañado por decena de fieles y que ayer lloraba un poco más por la pérdida de este joven padre de familia y gran cofrade. Los tronos lucían lazos negros en su recuerdo y de nuevo al paso de los tronos por Tribuna las bandas tocaron con el tambor ronco del dolor en señal de duelo. Un respeto entendido por todos y agradecido por el compañerismo de estos sufridos costaleros que hasta rechazaron las saetas previstas para cantar para llevar su dolor en silencio. El buen tiempo hizo que miles de bailenenses salieran a las calles a disfrutar de estos desfiles de la Semana de Pasión.