La Cofradía Nuestra Señora de los Dolores y Cristo de la Soledad de Bailén ha publicado el nuevo escudo corporativo creado para la Hermandad.
La historia de esta nueva imagen de la Cofradía parte de la necesidad de que se dispusiera de un Escudo que representase y recogiese su historia. En la pasada Asamblea del día 23 de junio de 2021 a propuesta de la Junta de Gobierno actual se presentó y aprobó el nuevo Escudo corporativo -diseño de Álvaro Abril Vela-, de apariencia barroca, y siguiendo los trazos del camarín de la Ermita de la Soledad, aúna la simbología de los tres Titulares de la Hermandad con las de las advocaciones históricas de su sede canónica de La Soledad.
El centro, lo ocupa una cornucopia de rocalla dorada, con volutas aclaradas por pasacintas de gules y aderezadas de hojas de acanto, flores y pedrería de gules, sostenida en el monograma formado por las letras “M” y “S” de María de la Soledad, primitiva advocación de la Hermandad y de su sede canónica. La cornucopia alberga un Corazón flamígero de gules, aclarado de oro en las llamas y traspasado por una espada flamígera de plata, simbología de Nuestra Señora de los Dolores, titular de la Hermandad.
A ambos lados, engarzados en la rocalla, con idéntica decoración, sendas cartelas ovales con campo de plata, albergando la diestra, las Cinco Llagas de Nuestro Señor, representativas del Cristo de La Soledad que, a lo largo de los siglos, han sido símbolo de devoción para toda la cristiandad. Y, en la siniestra la Cruz de Santiago, de gules, flanqueada por los símbolos de los antiguos santos titulares de la Ermita de La Soledad, a saber, la palma y la mitra representan a San Nicasio de Reims, obispo y mártir, y el libro y la espada a San Marcos Evangelista. El pie del escudo lo cierra una filacteria engarzada en las cartelas laterales, con la inscripción “MATER DOLOROSA”.
El corazón flamígero simboliza el amor ardiente de la Santísima Virgen por su Hijo y por toda la humanidad; la espada que lo traspasa alude a la profecía de Simeón (cf. Lc 2, 25-35). Ocupa un lugar destacado, por tratarse del símbolo con el que se ha identificado a la Hermandad desde tiempos remotos.