El Centro de Salud de Andújar enseña a escolares a protegerse frente al sol

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Unos 130 niños de las escuelas de verano de la ciudad participan en talleres guiados por la enfermera referente escolar.

Unos 130 niños de las escuelas de verano de Andújar han realizado talleres de fotoprotección durante los meses de junio y julio, organizados por la enfermera referente escolar del Centro de Salud Virgen de la Cabeza de Andújar del Área de Gestión Sanitaria Norte de Jaén, Rosa Mª Armijo.

En ellos, los escolares han conocido los beneficios de tomar el sol, así como las precauciones que deben adoptarse para que la práctica no se convierta en un peligro que pueda desembocar en quemaduras, fotosensibilidad o dermatitis por reacción a la luz a corto plazo, y en fotoenvejecimiento cutáneo, cáncer y alteración del sistema inmune a largo plazo.

En este sentido, la enfermera referente señala que “es especialmente importante proteger a los niños del sol porque el recibido durante la infancia y la adolescencia se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel”. De hecho, ha explicado que “una sola quemadura solar con ampollas en la piel de un niño aumenta más del doble las posibilidades de desarrollar un melanoma en el futuro”.

Rosa María Armijo ha señalado que “durante la infancia, los niños realizan muchas actividades al aire libre y reciben el triple de radiación solar que los adultos,  por lo que, además del cuidado que deben ejercer sus padres o tutores, conviene que los menores conozcan las recomendaciones para disminuir su exposición y que van desde evitar exponerse durante los períodos centrales del día, entre las doce del mediodía y las cinco de la tarde, cubrirse con ropa la mayor parte del cuerpo posible, hasta utilizar protección solar”.

Precisamente en estos talleres se ha explicado como llevar a cabo una correcta aplicación de la protección solar, para conseguir su efectividad. Así, se ha explicado a los niños que debe aplicarse 20 minutos antes de la exposición, incluso en días nublados con poco sol; conviene aplicarla de nuevo cada dos horas e incrementar la periodicidad si el menor entra en contacto con el agua o suda por el calor o la actividad física que pueda estar realizando. Además, es necesario extender bien la crema, con especial atención en aquellas zonas más expuestas a la radiación solar y las zonas olvidadas como los pies, la nuca, las orejas o los párpados, entre otras.

En estos talleres, los niños han recibido información sobre los efectos del sol en nuestro organismo y la importancia de protegerse debidamente a la hora de exponerse; han aprendido cómo elegir una buena crema, cuándo y dónde deben aplicársela y qué cantidad se aconseja para evitar riesgos; que el mejor protector es la sombra y que a pesar de ponerse crema, en las actividades al aire libre hay que usar gorra, gafas homologadas y camiseta; que en los días nublados también hay que echarse crema y que la nieve y el agua reflejan los rayos solares y aumentan la capacidad de producir quemaduras. Todo esto con una metodología participativa en la que ellos son los conductores.