El parlamentario socialista Daniel Campos valoró el compromiso y la rápida reacción de la Junta de Andalucía y de la Diputación Provincial de Jaén tras el derrumbe del Mercado de Linares, al tiempo que también reclamó al Gobierno de España que “arrime el hombro”.
Campos, que intervino en la Comisión de Fomento del Parlamento andaluz preguntando al consejero por este asunto, se refirió a los dos problemas más importantes consecuencia del derrumbe, como son la adecuación urgente de un nuevo espacio para los comerciantes y la recuperación del edificio.
En este sentido, mencionó “la pronta disposición” de la ayuda de 120.000 euros por parte de la Junta y de 200.000 euros por parte de Diputación, así como la rápida redacción de un proyecto por parte de técnicos del Ayuntamiento de Linares, lo que “ha hecho que en pocas fechas tengamos de nuevo el Mercado abierto al público”.
En este punto, solicitó al Gobierno de España que “arrime el hombro” tras el derrumbe del Mercado linarense y que “declare unas ayudas extraordinarias por los daños del temporal”.
Campos también aludió a los pasos que se han dado para la recuperación del edificio, como la retirada de escombros y la consolidación de los muros que quedaron en pie. “Los técnicos del Ayuntamiento de Linares han hecho un gran trabajo y han recomendado la rehabilitación del muro caído y de la cubierta de este edificio”, abundó.
El parlamentario andaluz recordó que este edificio es muy importante para Linares “por su historia, su valor artístico y arquitectónico y, sobre todo, por lo que representa para varias generaciones de la ciudad”. “Lo es para los que comprábamos en el Mercado, y para los comerciantes, 17 familias que viven del comercio de frutas y verduras, de carne y pescado, y de encurtidos. Familias que han apostado por el comercio tradicional en estos tiempos en los que las grandes superficies parecen comérselo todo”, destacó.
Campos indicó que “ese trabajo y esa cultura tradicional se vinieron abajo el pasado día 11 de marzo, durante el temporal que azotó Andalucía y que en la tarde de aquel día fue especialmente duro en Linares”, ya que la fuerte lluvia y el viento derrumbaron la cubierta y el lateral del edificio y destruyeron completamente la totalidad de los puestos. Sólo 12 horas después, el consejero estuvo allí para preocuparse por la situación y abordar soluciones, una reacción que el parlamentario socialista agradeció por su “celeridad”.