Santana Motor punto y final de la empresa linarense

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El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha autorizado a la Sociedad para la Promoción y Reconversión Económica de Andalucía, SA (Soprea) para que lleve a cabo conforme a la normativa mercantil la extinción por liquidación de la empresa Santana Motor, SAU., con sede en Linares.

Este  decisión de este martes se adopta casi siete años y medio después de que la junta general extraordinaria de accionistas de la empresa automovilística de Linares aprobara el proceso de disolución de la compañía y la apertura del periodo de liquidación.

En el Consejo de Gobierno andaluz, el Ejecutivo autonómico ha autorizado a Soprea la suscripción de un aumento de su capital social por importe de 9,4 millones de euros, con cargo a una aportación no dineraria consistente en los derechos de crédito que ostenta la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA) frente a Santana Motor, SAU.

Recordemos que Santana Motor es propiedad del Gobierno andaluz desde que diera un paso al frente en el año 1995, se tuvo que dar ante la presión social tras la marcha de la empresa Suzuki. Entonces se inició el Plan Linares Futuro, impulsado por la Junta de Andalucía y consensuado con los sindicatos, con el objeto de lograr regenerar el tejido económico y productivo en el entorno de Linares, resolviendo la situación de los trabajadores e impulsando el mantenimiento y la implantación de proyectos empresariales viables en el marco de la transformación del modelo productivo tradicional al modelo de economía sostenible. Este Plan ha sido criticado por todos los sindicatos y partidos políticos porque no se ha logrado su objetivo.

Historia

La historia de esta empresa comienza en 1954, donde un grupo de empresarios al amparo de “ Plan Jaén” obtienen una licencia para fabricar 1.000 unidades de maquinaria agrícola. El 24 de febrero de 1955 se funda en Linares, Jaén, la Metalúrgica de Santa Ana con un capital inicial de 3 millones de pesetas para fabricar maquinaria agrícola e industrial.

El nombre de Santa Ana se usó porque la denominación de la finca adquirida para en instalar la fábrica a las afueras de Linares, llevaba ese nombre.

Las actividades industriales comenzaron con la producción de cosechadoras y otros aperos agrícolas, pero deseosos de diversificar su producción, la firma de Linares entra en contacto con «The Rover Co. Ltd.» a través de la firma Migaraje, uno de sus representantes en España.

Desde aquel año hasta este 2018 cuando se ha cerrado mercantilmente una empresa que no funciona desde hace años y que es el vivo recuerdo de la Comarca Norte y que desde su cierre no se ha podido impulsar nada que  cubra este vacío laboral.