En Bailén, como en tantos lugares de nuestro país, de manera especial en Andalucía, son los días de visitar los cementerios. La imagen de las lápidas de nuestros series queridos que reposan allí es muy distinta al resto del año. Miles de ramos lucen en las paredes secas donde cuelgan las lápidas que identifican al familiar que descansa en su interior y un ir y venir de gente se vislumbra en cada uno de los camposantos de la provincia.
En Bailén se vive con devoción y respeto, como en todos lados, pero con cierto amargor de boca por la situación que ve el cementerio Municipal y la empresa que lo «explota», nunca mejor dicho y los problemas del osario incontrolado que han denunciado recientemente y que posiblemente acabe en la Fiscalía, los elevados precios de las sepulturas y todas las quejas que desde el colectivo de los Afectados por este tradicional cementerio de Bailén vienen reivindicando.
El cementerio nuevo no goza de más salud, inaugurado hace unos diez años con numerosas deficiencias que no se han subsanado todavía como la falta de luz «manda hv» a estas alturas!, la falta de agua corriente y otras deficiencias descubiertas hace poco llevan otra imagen lúgubre a un campo santo que se construyó mal, con una escalinata de elevada peligrosidad y se puso en funcionamiento sin terminar.
Pero lo peor es que años después las deficiencias siguen y es que … vivimos en el pueblo de los apañados. No?.
