Desde la Concejalía de Igualdad y Bienestar Social de Bailén se hace eco de un llamamiento urgente a la colaboración ciudadana para evitar que menores desamparados pasen a un centro de acogida.
La Asociación (APRAF-A) entidad sin ánimo de lucro, gestiona el servicio público de acogimiento familiar de menores de la Junta de Andalucía, son los encargados de promocionar y captar a posibles familias que puedan acoger a menores en situación de desamparo, para que puedan incorporarse a familias normalizadas que los pueden cuidar de manera temporal o indefinida, evitando de esta manera, el paso de los menores por los centros de acogida.
El acogimiento puede ser simple, de urgencia o permanente, según su duración y necesidades del menor. El primero llega hasta uno o dos años y se realiza cuando está previsto que el niño vuelva con su familia o pase a una medida de protección más estable. El acogimiento familiar de urgencia requiere una separación inmediata del menor de su núcleo familiar y se pretende evitar su paso por un centro residencial. Es exclusivo para niños de entre cero y seis años, y suele tener una duración máxima de seis meses. El acogimiento familiar permanente, se lleva a cabo cuando no está previsto que el menor
vuelva con su familia de origen y por ello es necesaria una mayor estabilidad.
En muchos casos se prolonga hasta que el menor alcanza la mayoría de edad o se emancipe. Las familias acogedoras tienen que pasar, en todos los casos, por un proceso de valoración de idoneidad, y en los casos de urgencia deben también tener disponibilidad en cualquier momento.
Desde APRAF-A, intentan poner en valor el acogimiento como medida prioritaria y más beneficiosa para aquellos menores que tienen situaciones de maltrato, de desprotección…, intentando que estos niños y niñas reciban la mejor atención posible después de una situación traumática como es la salida de su entorno familiar. Su principal objetivo es sensibilizar a la población de esta realidad, de esta necesidad tan importante en la infancia más vulnerable, para que poco a poco se vayan sumando más familias y que cualquier niño que sea susceptible de tener una familia, tenga esta opción, evitando lastrar más
su desarrollo.
En la actualidad hay varios menores en esta situación de entre cero a seis años
de edad, esperando una familia que los acoja.