Acuerdo por un valor de 6.000 euros para restaurar la Ermita de la Soledad

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RESTAURACIÓN

El ayuntamiento de Bailén, el Obispado y la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores sellan un acuerdo para comenzar con una primera fase de reforma que contempla apuntalar la estructura del edificio sacro.

El concejal de Patrimonio del Ayuntamiento de Bailén, Juan Jesús Padilla, ha firmado un acuerdo económico con la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores y el Obispado de Jaén para comenzar una “necesaria reforma” en la ermita de la Soledad, que se acometerá en los próximos meses. La actuación se va a desarrollar después de Semana Santa, según matiza el responsable de Patrimonio.

La reforma contempla un total de tres fases. La primera, se trata de una actuación “preventiva”, ya que se “quiere apuntalar la estructura del edificio sacro, pues se está inclinando hacia el lado derecho, donde está el campanario”, sostiene Padilla.

La segunda fase del proyecto prevé el arreglo del tejado, que requiere también de una importante actuación para evitar daños internos a la estructura que ya estaría reformada.

La fase final se basa en intervenir en camarín, pues el mismo tiene fisuras y grietas que se deben tapar, además de “decapar ciertas zonas que están cubiertas de blanco y que no dejan ver la pintura que hay debajo”, señala el concejal. Y es que el camarín contiene una valiosa policromía de diferentes tipos de colores que actualmente no se ve.

La ermita de la Soledad data del siglo XIV. Está considerado el monumento más antiguo de Bailén. Históricamente ha sido un lugar sacro y de culto y uno de los más representativos para el ámbito cofrade y de culto de la localidad. Tiene un estilo mudéjar muy particular que se pretende preservar y cuidar con estas actuaciones.

En la firma de la del acto estuvieron presentes el alcalde de Bailén, Luis Mariano Camacho, el concejal de Patrimonio, Juan Jesús Padilla, el vicepresidente de la cofradía, José de Manuel y el administrador de la misma, Joaquín Martínez. También hubo presencia del Obispado a través de la figura de Manuel Ángel Castillo, párroco de la iglesia de la Encarnación.